Algunos datos importantes sobre las enfermedades mentales y su recuperación son los siguientes:
Las enfermedades mentales son desórdenes físicos que no dependen ni de la personalidad ni de la inteligencia del individuo, por eso requieren tratamiento profesional ya que no se pueden superar sólo con la "voluntad".
Los desórdenes mentales tienen diferentes niveles de severidad. Aunque cualquier persona puede padecerlas, sólo el seis por ciento de la población padece una enfermedad mental; o sea, uno de cada diecisiete americanos sufre de enfermedades mentales serias. Por otra parte, se estima que una de cada cinco familias en los Estados Unidos se encuentra afectada por las enfermedades mentales.
La Organización Mundial de la Salud reportó que cuatro de cada diez incapacitados en los Estados Unidos y en los otros países desarrollados padecen desórdenes mentales. Para el año 2020, la depresión será la causa principal en el mundo de la incapacidad entre mujeres y niños.
Sin el tratamiento adecuado, las consecuencias de las enfermedades mentales para el individuo y para la sociedad pueden ser graves. Entre éstas sobresalen la: incapacidad innecesaria, el desempleo, el abuso de sustancias, la falta de vivienda, el encarcelamiento o el suicidio. El costo económico, en los Estados Unidos, de las enfermedades mentales no tratadas es más de cien mil millones de dólares anuales.
Hoy en día, los mejores tratamientos para las enfermedades mentales serias son altamente eficaces; entre el setenta y el noventa por ciento de los pacientes que reciben un tratamiento adecuado con medicamentos y ayuda psicosocial tienen una reducción significativa de los síntomas y, por consecuencia, una mejor calidad de vida.
Con el tratamiento farmacológico y una amplia gama de servicios adaptados a sus necesidades, la mayor parte de la gente que vive con enfermedades mentales serias puede reducir grandemente el impacto de su enfermedad. Un concepto muy importante es adquirir maestría en el desarrollo de estrategias para manejar el proceso de la enfermedad.
La identificación y el tratamiento temprano son de vital importancia.Un diagnóstico y tratamiento temprano logrará que la recuperación sea más rápida y que los daños sean menores.
El estigma que la sociedad le brinda a las enfermedades mentales no permite creer que dichos desórdenes son una condición real y tratable. Se ha permitido que el estigma y un sentido injustificable de obstaculicen el tratamiento y la recuperación.
Las enfermedades mentales son desórdenes físicos que no dependen ni de la personalidad ni de la inteligencia del individuo, por eso requieren tratamiento profesional ya que no se pueden superar sólo con la "voluntad".
Los desórdenes mentales tienen diferentes niveles de severidad. Aunque cualquier persona puede padecerlas, sólo el seis por ciento de la población padece una enfermedad mental; o sea, uno de cada diecisiete americanos sufre de enfermedades mentales serias. Por otra parte, se estima que una de cada cinco familias en los Estados Unidos se encuentra afectada por las enfermedades mentales.
La Organización Mundial de la Salud reportó que cuatro de cada diez incapacitados en los Estados Unidos y en los otros países desarrollados padecen desórdenes mentales. Para el año 2020, la depresión será la causa principal en el mundo de la incapacidad entre mujeres y niños.
Sin el tratamiento adecuado, las consecuencias de las enfermedades mentales para el individuo y para la sociedad pueden ser graves. Entre éstas sobresalen la: incapacidad innecesaria, el desempleo, el abuso de sustancias, la falta de vivienda, el encarcelamiento o el suicidio. El costo económico, en los Estados Unidos, de las enfermedades mentales no tratadas es más de cien mil millones de dólares anuales.
Hoy en día, los mejores tratamientos para las enfermedades mentales serias son altamente eficaces; entre el setenta y el noventa por ciento de los pacientes que reciben un tratamiento adecuado con medicamentos y ayuda psicosocial tienen una reducción significativa de los síntomas y, por consecuencia, una mejor calidad de vida.
Con el tratamiento farmacológico y una amplia gama de servicios adaptados a sus necesidades, la mayor parte de la gente que vive con enfermedades mentales serias puede reducir grandemente el impacto de su enfermedad. Un concepto muy importante es adquirir maestría en el desarrollo de estrategias para manejar el proceso de la enfermedad.
La identificación y el tratamiento temprano son de vital importancia.Un diagnóstico y tratamiento temprano logrará que la recuperación sea más rápida y que los daños sean menores.
El estigma que la sociedad le brinda a las enfermedades mentales no permite creer que dichos desórdenes son una condición real y tratable. Se ha permitido que el estigma y un sentido injustificable de obstaculicen el tratamiento y la recuperación.